DOSSIER OVNI TODAS LAS
RESPUESTAS
¿DE DÓNDE
VIENEN?
¿QUÉ
PRETENDEN?
¿POR QUÉ
NO TOMAN CONTACTO?
Desde los comienzos del
fenómeno se han dado miles de explicaciones a las apariciones de Objetos
Volantes No Identificados en los cielos terrestres. El prestigioso ufólogo
sevillano Ignacio Darnaude ha dedicado veinte años a reunir más de
trescientas hipótesis sobre los ovnis, desde las propuestas por los
científicos escépticos, hasta las más peregrinas. Este informe es un
extracto de su voluminoso trabajo.
Desde 1.947, año en el
que se levantó la veda en lo concerniente al tema de los extraterrestres,
la actividad insólita en nuestros cielos ha alcanzado niveles
extraordinarios: más de cien mil observaciones registradas y más de
cincuenta millones de testigos en los últimos treinta años. Pero además,
una gran cantidad de indicios sugieren que nuestras “relaciones sociales”
con los alienígenas se remontan a milenios en el
pasado. Enfrentados a esta masiva avalancha durante un
tercio de siglo, es lógico que los ciudadanos reaccionen exigiendo
respuestas a la clásica tetralogía de
preguntas-clave: 1.- ¿Quiénes son?
2.- ¿De dónde
vienen? 3.- ¿Qué pretenden? 4.- ¿ Por qué no entran en
contacto con nosotros? Las tres primeras
interrogantes se encuentran inextricablemente unidas entre sí, de
tal manera que es casi imposible analizarlas por separado. Contestar
al dilema “¿cuál es su procedencia?” obliga a entrar en la temática de su
naturaleza y propósitos, de los motivos de su abrumadora presencia en la
tierra. Esto necesariamente complica el método de estudio y alarga las
exposiciones, pero no obstante, intentaremos ceñirnos escuetamente al tema
del origen de los Objetos Volantes No Identificados, siempre
que ésto no perjudique la coherencia y comprensión del texto. En la
última parte estudiaremos las importantísimas implicaciones del
“No-Contacto”. La característica más llamativa del fenómeno
ufológico es la variedad de tamaños, formas y aspectos observados, tanto
en los aparatos como en sus tripulantes. Esta diversidad en los
testimonios sugiere una multiplicidad de orígenes, que a su vez determina
la lógica variedad de sus ocupantes y de sus
propósitos. Somos conscientes de que estamos atacando una
cuestión de extrema complejidad, con mil y una facetas, donde las
explicaciones contundentes y las soluciones lineales simplemente no
existen, por lo que resulta imprescindible andar con pies de plomo y
“afinar” en sumo agrado los juicios de valor.
CAPÍTULO I ¿QUIÉNES
SON?
Las
explicaciones que se han dado al fenómeno ovni son muy diversas; desde los
que niegan la existencia real de los objetos avistados, pasando por los
que proponen que son artefactos propios de la tierra hasta los que
sugieren que son naves de otros planetas o galaxias.
Científicos de las más diversas ramas y organismos gubernamentales de
diferentes países han elaborado muchas teorías acerca de la causa de
fenómenos extraños que se observan en el cielo. Cualquier versión que
busquemos no será más que una simplificación de la realidad. Como dijo el
biólogo británico J.B.S. Haldame: “El universo no es sólo más extraño de
lo que imaginamos, sino mucho más extraño de lo que podemos
imaginar”.
Cuerpos astronómicos
erróneamente interpretados
ESPECIALMENTE en
los crepúsculos y amaneceres, el sol puede ser fácilmente confundido con
un objeto no convencional. También la luna, en determinadas fases puede
llevar a un error semejante.
Con una
atmósfera límpida, muchos planetas pueden ser tomados equivocadamente por
“luces en el cielo”. A veces se han denunciado ovnis que luego resultaron
ser el lucero de la mañana, Venus en el oscurecer o Júpiter a ras del
horizonte. La aproximación excepcional de estos dos últimos planetas en
febrero de 1.975, provocó un buen número de presuntas observaciones
ovni. Algunos meteoros de gran tamaño parecen
desplazarse lentamente (en particular aquellos que lo hacen en el sentido
de rotación de la tierra), dejando una huella brillante que puede
persistir hasta varios minutos. Los bólidos, meteoritos, estrellas
fugaces, novas y supernovas, como postula el físico Joseph Kaplan, pueden
ser tomados equivocadamente por naves que vienen de otros
mundos.
Extraños fenómenos atmosféricos
Muchos
científicos aseguran que estos acontecimientos podrían ser causados por
fenómenos atmosféricos; peculiares formaciones nubosas, perturbaciones
eólicas, reflexión lumínica de la luz solar, refracción atmosférica,
espejismos ópticos. Cuando en las noches del 20 y 21 de julio de 1.952 se
avistaron extraños discos sobre el Capitolio de Washington, la explicación
oficial fue que, al haber capas calientes de aire por encima de las frías,
se producía una distorsión óptica. También estas anomalías, según los
meteorólogos, pueden dar lugar a una distorsión de las ondas de radar
provocando ecos fantasmas en las pantallas.
Otras
hipótesis se apoyan en los fuegos fatuos: en los charcos y marismas, la
descomposición orgánica libera metano. Cuando este gas entra en ignición
por combustión espontánea o caída de rayos, por ejemplo, se producen
globos luminosos que flotan sobre el agua estancada. El mismo efecto se
produce con el vapor de amoníaco. Los terremotos podrían
también ser los causantes de efectos luminosos extraños: en numerosas
ocasiones se han observado fosforescencias o masas incandescentes ante el
desencadenamiento de un terremoto; esto indica que los temblores de tierra
disparan ciertas reacciones electromagnéticas con un componente luminoso
en la atmósfera. Según Oscar Galíndez, el
rayo redondo presenta una apariencia similar al fenómeno ovni. Estas bolas
de fuego son masas esféricas de aire ionizado que se originan en las
tormentas y después se desplazan, aparentemente al azar. Avanzan, se
detienen un momento y zigzaguean para desaparecer finalmente con un
estampido o silenciosamente. Su constitución es mal conocida y exhiben
tonalidades rojas, azules y violáceas. Phillip Klass los asimila a una
forma específica de plasma natural. Al parecer están dotados de
electricidad estática y su duración es transitoria. Suelen observarse casi
siempre a baja altura y adoptar formas elipsoidales y cilíndricas de
fuerte luminosidad. Lo más interesante es que, según Vincent Gaddis se
conocen muchos casos de diminutas bolas de fuego que han penetrado en
viviendas habitadas manifestando a todas luces un “comportamiento
inteligente”. Hay un fenómeno electromagnético llamado
“corona” que en ocasiones se advierte desplazándose a lo largo de
cables de alta tensión en forma de fuerte luminosidad semejante a una
esfera, disco o anillo. A baja altura adoptaría a veces la forma de un
rayo globular y esto explicaría por qué aparecen OVNIS tan frecuentemente
en proximidad con los tendidos eléctricos de alto
voltaje. Según Klass, los automóviles y peatones
portadores de cargas eléctricas, atraen los plasmas. Estos serían capaces
de ionizar el aire aprisionado bajo el capot de un vehículo y provocar un
colapso de sus circuitos eléctricos (típico efecto de la casuística
ufológica). El físico Noel W. Scott ha producido en laboratorios pequeñas
lentillas rojo-anaranjadas de vapor ionizado con aspecto de platillos
resplandecientes, al introducir vapor en un vacío
parcial. Michael A. Persingen y Gyslasine F. Lafreniere
han encontrado una correlación positiva entre fenómenos anómalos, fallas
geológicas y llamaradas solares, tras el estudio de 1.242 casos ufológicos
y 4.818 sucesos insólitos de todo tipo. Estos investigadores de la
Universidad Laurentian de Sudbury (Ontario) sostienen que tanto la
eyección explosiva de material ardiente en la superficie del sol, como los
movimientos sísmicos, pueden generar campos energéticos localizados, que
en ciertas circunstancias crean plasmoides luminosos e incluso interfieren
en el funcionamiento normal del cerebro humano, provocando alucinaciones
“ufológicas”. Algunos de tales plasmas solares, son detectables por el
radar.
Alucinaciones colectivas
Dice
Federico R. Kirbus que los platillos volantes constituyen un fenómeno
psicológico generado por rumores visionarios en virtud de un proceso bien
conocido de contagio social. Suelen aparecer en oleadas, a intervalos
breves, sobre determinadas regiones. El hecho de que una persona
identifique públicamente algún objeto aéreo, real o inexistente, como un
plato volador, hace que otros individuos pretendan igualmente que también
han visto un ovni. Según Bourret, esto se produce por lo que se llama
“autocatálisis” y “retroacción positiva”: cuando la prensa habla de ovnis,
otros observadores miran al cielo y creen ver objetos artificiales, lo que
provoca a su vez más artículos en los periódicos, y así se van extendiendo
las noticias hasta que los periodistas se cansan, entonces la agitación
desaparece por sí misma. El Doctor Galíndez opina que hay en estos
fenómenos épocas de calma que son sucedidas por otras de obsesión popular.
Las oleadas vienen después de la difusión desmedida de sucesos ovnilógicos
sensacionales y publicitados en exceso. También –según él- tiene mucho que
ver el “efecto multitud”, es decir, la amplificación de percepciones
distorsionadas por el simple hecho de que haya muchos individuos juntos.
Este efecto puede arrastrar a las alucinaciones en masa: psicosis
generadoras de mitos, un estado de histeria colectiva y obsesión social
que suscita confusiones en la imaginación popular habiendo sido motivadas
por vanas apariencias. Otro factor influyente es
la adoración moderna de los platillos volantes, agoreros de la salvación
de la humanidad y de la verdad oculta. Vemos a nuestro alrededor un número
importante de grupúsculos pseudoreligiosos y “ocultistas” que crecen como
la espuma, con ideas delirantes acerca de los Hermanos del Espacio. Estos,
supuestamente atraídos desde Marte, Venus o Saturno, nos salvarían de los
peligros de un desequilibrio de la alta atmósfera que se produciría por el
estallido de las bombas nucleares. El inquietante fenómeno
del virus epidémico alienígena prendido al cuerpo social, ha sido
brillantemente estudiado por Jacques Vallée en su libro “Mensajeros de la
Decepción”. En él demuestra cómo una baraúnda de neosectas
espiritualistas transplutonianas le están lavando, con notable éxito, el
cerebro al mundo, consiguiendo rápidamente que el público baje su guardia
y acepte indiscriminadamente estas seductoras ideas.
Nuevos
Cristos vienen a ayudarnos en naves del espacio. Lo oculto, lo esotérico
y, claro está, lo extraterrestre, está de moda; en la segunda mitad del
siglo han arraigado profundamente en el acervo de la mitología popular.
Esto a su vez promueve el contagio y se forma la “bola de nieve
extraplanetaria”.
Vehículos convencionales
Muchas
veces se han visto una serie de luces viajando al unísono, este fenómeno
que se ha tomado por una máquina voladora, podría ser un
aprovisionamiento de combustible de dos aviones en
vuelo. Según J. Gordon Vaeth y Urner Liddel, hay en la
atmósfera muchos artefactos científicos y meteorológicos que pueden ser
tomados por naves espaciales (globos-testigo, sondas especiales de alta
costa, blancos para radar). Los cohetes meteorológicos, por ejemplo, dejan
escapar nubes de sodio que al ser iluminadas en la alta atmósfera por los
rayos solares producen extraños efectos luminosos.
Los
aparatos de investigación espacial producen un halo luminoso al entrar en
la atmósfera. Satélites espaciales particularmente brillantes cambian su
luminosidad periódicamente al rotar sobre sí mismos. La basura
espacial (restos de vehículos aéreos, residuos abandonados en el
espacio por sondas y astronautas), en circunstancias especiales puede ser
vista desde la tierra. Según Philip J. Klass, hay muchos subproductos
erráticos de origen industrial flotando en nuestra atmósfera, como nubes
de escoria, polvaredas de carbón y espuma de
detergentes.
Discoteca flotante en el cielo
Los
entomólogos P.S. Callahan y R.W. Mankin, de los Estados Unidos, explican
que el exoesqueleto de los insectos o mariposas es un excelente
dieléctrico, alrededor de un electrolito (los fluídos biológicos del
organismo animal). En contacto con un campo eléctrico como el producido
por una tormenta, por ejemplo, emite brillantes luces y colores por los
extremos de sus antenas y patas. Un aluvión de este tipo de insectos,
produciría un interesante fenómeno visual. Para Norton T. Novitt el
fenómeno ovni podría estar originado por las hormigas voladoras. Según
este científico, estos insectos se reúnen periódicamente en masas de hasta
37 millones de individuos, ejecutando un rito nupcial. Si una de estas
gigantescas colonias se topara con una carga de electricidad
estática -nos dice- puede originar una materia luminosa que recuerde
un ovni.
Errores
de percepción Edgar F. Mauer opina que
muchos fenómenos son atribuibles a algunos estados patológicos de la
vista: las células diferenciadas en el humor vítreo pueden proyectar
sombras en la retina, siendo éstas percibidas como puntos en movimiento y
la presión del viento sobre los ojos puede provocar también la visión de
pseudo luces. Hay una larga lista de afecciones
psicopatológicas que dan origen a estados alucinatorios. En estos
casos el sujeto ve efectivamente “algo” que no tiene existencia material
comprobada. Según Pierre Delval pueden producirse visiones de imágenes
luminosas que, inconscientemente o no, son animadas por el protagonista en
función de su propio mundo interior. También el cerebro –según
Alain Dadmer- es capaz de fabricar ciertas observaciones en función de
meras analogías; la información percibida es tratada de acuerdo a
elementos anteriormente memorizados. Los elementos más
cotidianos y corrientes, también pueden interpretarse de una manera
totalmente fantástica cuando el sujeto está bajo la influencia de ciertas
drogas o del alcohol y son muchos los que opinan que esta es la
circunstancia presente en los fenómenos ovni.
Mistificaciones, fraudes y
fabulaciones Se llama “efecto
excitación” a aquél por el cual el testigo o informador, al hacer un
reporte de los hechos, selecciona como más prominentes aquellos datos
menos exactos y seguros, no refiriéndose en cambio a las cuestiones más
fiables. El “efecto reportaje” es la selección de
detalles llamativos y espectaculares con los oportunos añadidos y
exageraciones al relatar lo ocurrido ante el público o los medios de
comunicación. A mucha gente le fascina la fama, la
notoriedad, verse en letras de imprenta; para tener acceso a ello no
dudan en falsificar deliberadamente los hechos, inventando una colorista
historia de ovnis. Según Donald I. Warren, muchos de ellos son unos pobres
diablos fracasados que lo hacen con el fin de sobresalir y compensar sus
frustraciones y falta de éxito en la vida. Por lo general, son testigos de
escasa relevancia socioprofesional. Isaac Asimov, dice: “Más
importante que lo que vemos en el cielo es cómo lo interpretamos. Aquellos
que desean creer que las tripulaciones de las naves del espacio son
guardianes benevolentes de nuestro bienestar, son personas inseguras que,
de este modo, se agarran desesperadamente a unas fantasías que les
proporcionan la ansiada seguridad”. Por último, hay una
interpretación crítica, escéptica a ultranza y maximalista en el sentido
de que todo lo relacionado con ovnis son falacias, un mero epifenómeno
sociológico sin realidad física basado en denuncias de individuos
mitomaníacos.
Artefactos aéreos de tecnología de
vanguardia Una explicación que no es
aceptada por los medios oficiales sugiere que los ovnis son discos
fabricados en los Estados Unidos. En Washington –según esta teoría- se
habrían concedido varias patentes de invención y el Pentágono
tendría en curso más de un proyecto de desarrollo y producción de
platillos volantes. El ingeniero canadiense A.V. Roe, presidente de la
compañía Avro de Otawa, ha diseñado varios modelos de aviones-platillo,
tal vez por encargo de la fuerza Aérea del poderoso país vecino. Un
prototipo especial se sabe que fue concebido por Otis T. Carr, discípulo
de Nicola Tesla. Según el Doctor James E.
McDonald, no sería nada rara la existencia de platillos experimentales,
promocionados por las fuerzas armadas rusa y americana, por millonarios
excéntricos o por sociedades secretas.
Recordemos
que ya en 1.897 las misteriosas aeronaves que invadieron el espacio aéreo
estadounidense tomaban tierra frecuentemente y sus tripulantes declaraban
que se trataba de vehículos eléctricos en fase de prueba. Noventa años
después, seguimos sin tener noticias de tan revolucionarios artefactos
como tampoco las tenemos de las hipotéticas armas que las superpotencias
fabrican.
Inventos bélicos de la Alemania
nazi Eric A. Aggen, R. Lusar, Olaf Meyer Freyhold y
Renato Vasco plantean que los objetos no identificados pudieran ser muy
bien armas secretas fabricadas por los nazis durante la Segunda Guerra
Mundial. Se sabe que científicos como Miethe, Habermohl, Bellonzo, Klein,
Munch y otros trabajaron en Peenemunde y otros centros poniendo a
punto los cohetes V-1, V-2. Estos técnicos del tercer Reich, habrían
continuado sus investigaciones en la URSS.
Andreas
Faber-Káiser ha publicado incluso los dibujos de unas “peonzas voladoras”
alemanas diseñadas por Schriever que son auténticos platillos
típicos de finales de los cuarenta y que se pueden encontrar en un libro
del mayor Rudolf Lusar. Exobiología del
espacio Para el naturalista americano Ivan T.
Sanderson, los ovnis pudieran ser formas zooespaciales, pues su conducta
recuerda mucho a la de los animales. Las naves nodriza, para él, podrían
desempeñar una función similar a la de las gallinas que empollan sus
crías. Se ha observado que los ovnis viajan en manadas y se manifiestan
como en oleadas migratorias. Hay millares de especies, con una apabullante
variedad de formas y tamaños. Según Otto Binder, los ojos múltiples
que estas criaturas exhiben son tomados habitualmente por ventanas o
portezuelas. Estas máquinas animales, indígenas del espacio,
tal vez se alimenten de energía pura o directamente de rayos solares
(al igual que las plantas lo hacen indirectamente a través de la
fotosíntesis). Para Trevor J. Constable y Erich Aggem, esas
criaturas invisibles ameboides, originadas en el espacio y que poseen luz
propia, recuerdan a los moluscos del océano. Aparentan ser metálicas,
maniobran inteligentemente y tienen su hábitat natural en los dominios
inobservables que rodean o interpenetran nuestro planeta. Estaríamos, en
suma, ante formas de vida desconocidas, terrestres o
extraterrestres. La condesa Zoe
Wassiko-Serecki dice que son especies hasta ahora no observadas de vida
animal, pero autóctonas, de la ionosfera terrestre. Poseen estructuras
huecas, con un mínimo de materia densa cargada de electricidad. Quizás
sean el eslabón perdido entre la vida orgánica y la inorgánica y por eso
dan la impresión de ser máquinas. Otra interesante
explicación la dan Ray Palmer y Otto Binder: en la “ionosfera radiante”
donde se extiende el Cinturón Van Allen (de 2.000 a 65.000 kilómetros de
altura), habita una civilización de seres inteligentes, invisibles a los
ojos terrestres excepto bajo ciertas condiciones especiales. Estas
criaturas radiantes se acercan esporádicamente a la superficie de la
Tierra y, a la altura de la ionosfera, se hacen visibles debido a
interacciones electromagnéticas como las tormentas del espacio o los
huracanes solares. Tales entidades “radioactivas” han creado una cultura
tan vasta y diversificada como la nuestra, pero adaptada al “vacío” del
espacio. También se ha especulado con el “Sistema X”,
una máquina colosal que, según Aime Michel podría sobrevolar el mundo. Un
colosal robot en órbita o sobre un planeta deshabitado del sistema solar
que estaría manipulando no sólo a los ovnis sino a la humanidad
entera. Para C. Maxwell Cade y Oscar Galíndez, “no
estamos tratando con seres personales ordinarios, sino más bien con
inteligencias mecánicas, organismos abiológicos de conducta programable,
una especie de androides originarios o derivados que actúan como cyborgs
autónomos o telecomandados”. Es similar a la hipótesis
de Glandes la de Jean Luc Proust que propone que los ovnis serían entes
que, tras un largo proceso evolutivo, se han convertido en supermáquinas
vivientes, más rápidas, seguras y resistentes que el hombre. La nueva
especie robotizada conservaría, no obstante, las trazas de su origen
humano y sus órganos de comunicación con el hombre durante mucho tiempo,
de la misma manera que los humanos contamos todavía con ciertos
componentes anatómicos que ya nos resultan inútiles.
EVENTUALES ORÍGENES ASTRONÓMICOS DE LOS
OVNIS.
? Acuden desde la Luna.
De satélites naturales no detectados por nuestros instrumentos de
observación celeste. De satélites artificiales de origen exógeno orbitando
alrededor de la tierra. O de grandes naves-nodriza estacionadas en los
suburbios de la estratosfera. ? De planetas y/o satélites en nuestro
propio sistema solar. ? Desde masas transplutonianas que
rotan en sistemas solares intragalácticos.
? De algunos
cometas. ? De cuerpos astronómicos todavía no catalogados por los
hombres de ciencia. ? Del mismo sol.
? De diferentes
estrellas en la Vía Láctea, aparte de sus cohortes
planetarias. ? De otras galaxias. ? Desde remotos cúmulos o
confederaciones de nebulosas. ? De entes cósmicos no conocidos, con
rango superior a los grupos de galaxias.
? De otros universos
físicos y tridimensionales.
Creaciones del inconsciente
colectivo El célebre psicoanalista
Carl Gustav Jung pensaba que los ovnis serían una proyección psicológica
de ciertos arquetipos compartidos por el género humano, es decir, un
fenómeno derivado de contenidos psíquicos y emocionales latentes en el
alma del hombre. Para Pierre Vieroudy las
aeroformas consistirían en ciertas materializaciones directamente
relacionadas con el psiquismo del testigo y de su entorno. Todo ocurre
como si una extraña energía universal, difusa, dotada de un psiquismo e
intencionalidad elementales, se materializara en función de la información
contenida en la mente consciente e inconsciente de los testigos. La
manifestación ovni seria pues, un fenómeno parcialmente inducido por las
facultades PSI latentes del ser humano. En tal caso el sujeto no seria
mero espectador fortuito de una actividad independiente, sino un perceptor
selectivo que toma parte activa e inconsciente en la materialización de lo
que es observado. El protagonista típico que “dispara” la aparición de
ovnis suele ser inestable en sus relaciones afectivas, nervioso y dotado
de cualidades paranormales. Con frecuencia también participa en otros
eventos paranormales (poltergeist, mediumnidad, encuentros con
fantasmas). Según Pierre Delval, la concentración de
pensamientos emociones de muchas personas puede originar masas luminosas
fluctuantes, que estarán influenciadas por las concepciones espirituales,
ideológicas y místicas de los sujetos. En tal caso contemplaríamos
creaciones psíquicas inconscientes.
Telehipnosis ideo-plástica
Este tipo
de fenómenos -dice el Doctor Peter Maddock- consiste en proyecciones
de tipo psíquico producidas a control remoto por un agente intencional
externo. No pasan de ser representaciones aparenciales de naves del
espacio, inducidas a propósito en la mente de individuos terrestres, tal
vez desde remotas regiones o niveles de realidad.
Similar es
la idea de Luis Schünherr. Para él los ufonautas transfieren a la mente
del observador determinados efectos alucinatorios, por alguna forma de
telepatía o energía psíquica. Este tipo de deducciones parten de los
resultados obtenidos en experimentos de hipnosis a larga distancia:
simulacros de cosas o situaciones provocadas a propio intento, siempre por
alguien que ha dominado el poder de la mente para la producción de
telehipnosis. Esta induciría a toda persona alcanzada por el mismo, a
experimentar falsas percepciones ordenadas por los cerebros mentores,
según Oscar Galídez. Charles Bowen, J.G. Adams
y C. Maxwell Cade hablan de realidades alternativas o universos paralelos.
Los ovnis tal vez vengan de un mundo invisible que está en otro nivel. Su
tecnología sería tan avanzada que ante nuestra atónita mirada sería como
pura magia, por lo tanto incomprensible. Es probable que estén
introduciendo en el entendimiento de ciertas personas seleccionadas toda
una fantástica imaginería psíquica valiéndose del bombardeo con trenes de
ondas, con el fin de implantar una determinada ideología en la raza
humana.
Teoría
de los pensamientos solidificados
Los
precursores de esta idea son Philip Creighton y Gordon W. Allen.
Para ellos los ovnis serían literalmente creaciones de la mente,
ideo-formas. La realidad objetiva es plástica –dicen- capaz de ajustarse
en cierto grado a nuestras cogitaciones, deseos y expectativas. No es de
extrañar, por tanto, que los ovnis sean formas mentales fenoménicas
controladas por el pensamiento del hombre, al ser su cerebro un receptor
capaz de trabajar en diferentes niveles intelectuales. No hay que olvidar
que esto lo capacita para sintonizar con la “fuente universal de
energía mental”. La teoría de que los ovnis
podrían ser un producto de la mente también ha sido postulada por
J.G. Adams, Alain Gadmer y Jacques Vallée. Según estos
investigadores, no tienen corporeidad y carecen de estructura material.
Simplemente son la proyección de una imagen, desde una fuente externa, que
es captada por los sentidos del observador. Podría tratarse de
proyecciones similares a las holográficas, por medio de una avanzada
tecnología desconocida en la Tierra. Lo que el testigo puede observar no
es sino una especial configuración de energía concentrada y teledirigida,
que se hace visible en sus proximidades. Es “víctima” de un sistema de
transmisión de imágenes a distancia, como si frente a él funcionase un
aparato de televisión. John P. Bessor y Robert N.
Webster afirman que los ovnis no serían realmente metálicos sino que
estarían compuestos de ectoplasma. Esta es una misteriosa sustancia, de
extraordinaria sutilidad, que emana de algún componente fisiológico del
psiquismo humano. Se trata de estructuras atómicas mal conocidas por la
ciencia, a estilo de los “aportes” y otras corporeizaciones espontáneas,
tantas veces registradas y hasta fotografiadas en sesiones de espiritismo.
Los espiritistas aseguran que se originan a partir de la “submateria”
ectoplásmica del médium.
CENTROS
DE ATRACCIÓN UFOLÓGICA
Los lugares
que frecuentemente han sido asociados con la presencia de ovnis
son:
? Sitios donde hay niños
y jóvenes, profesores y enfermeras. ? Centros de enseñanza: escuelas,
colegios y universidades. ? Hospitales, clínicas e instalaciones
sanitarias. ? Subnormales y las instituciones que los
acogen. ? Embalses, lagos y lagunas; ríos y depósitos de agua
potable. ? Filones minerales e instalaciones mineras. Reservas
subterráneas de uranio. ? Fallas geológicas. Terrenos
impactados por meteoritos. ? Tesoros
ocultos. ? Antiguas ruinas enterradas.
? Monumentos
prehistóricos y recintos megalíticos.
? Parques
naturales. ? Vías de ferrocarril, intersección de autopistas.
Puentes. ? Torres de microondas y repetidores de
radio-televisión. ? Aeropuertos.
? Centrales eléctricas,
subestaciones y cables de alta tensión.
? Centrales
nucleares. ? Pozos petrolíferos. ? Tanques contenedores de energía
(petróleo, gas, etc.) ? Factorías
industriales. ? Bases militares y polígonos de lanzamiento de
cohetes. ? Arsenales. ? Polvorines y depósitos de
municiones. ? Plantas de fabricación de armas nucleares e instalaciones
atómicas. ? Temblores de tierra y erupciones
volcánicas. ? Lugares de catástrofes y accidentes.
? Basureros y depósitos
de residuos. ? Cementerios. ? Viveros piscícolas. Explotaciones
ganaderas. Manadas de ganado y granjas lecheras.
?
Prostíbulos. ? Aviones en vuelo. Coches en ruta (más durante la
noche). ? Patrulleros de policía.
? Estadios deportivos,
pistas de tenis y, sobre todo, campos de golf.
? Partidas de caza y
pescadores. ? Espacios de acampada al aire libre, de gente
joven.
Viajeros del tiempo o de otras
dimensiones William E. Murphy opina
que los platillos volantes serían el producto visible de la intersección o
cortocircuito entre universos paralelos; en otras palabras, proyecciones
inter-universos, “sombras” de los recintos extraterrestres de n
dimensiones (para n mayor que 4), en nuestro medio 4-D que consiste
en longitud, anchura, profundidad y movimiento en el
tiempo. También podrían ser máquinas del tiempo,
suponiendo que éste representase a la cuarta dimensión. Sus ocupantes tal
vez hayan aprendido la tecnología del transcurso cronológico y sean
capaces de manipular a voluntad y en cualquier dirección el flujo de los
acontecimientos. Para Luis Schöenherr, si
la cuarta dimensión es formalmente idéntica al tiempo y éste no es, en
esencia, diferente del espacio, lo realmente significativo será el
conjunto del continuum Espacio-Tiempo. Por lo tanto, un movimiento en el
tiempo es tan factible como en el espacio y así los ovnis podrían ser muy
bien “dispositivos temporales” y originarse en el porvenir, como intuyó H.
G. Wells. Las naves del espacio son para Jonh M. Prytz manifestaciones de
un Universo de antimateria o Universo paralelo. Cuando el cosmos fue
creado, pudo formarse igual cantidad de materia que de antimateria, o bien
cabe que las galaxias de antimateria estén mezcladas con las compuestas
por la materia ordinaria. También es probable que existan masas
comparables de ambas, en orden a mantener la simetría de la naturaleza, y
cada una de ellas conforme a universos diferenciados e
independientes.
Son
demonios o entes del mal Para Salvador Freixedo,
exjesuita portorriqueño, “hay numerosos paralelismos entre ovnis y
demonios. La humanidad es sólo una peonza en una partida de ajedrez
cósmica, en la que están implicadas dos grandes fuerzas antagónicas: los
ufonautas benignos y las entidades de Luzbel. Estas son las
causantes de la creciente agitación social, política y religiosa que vemos
a nuestro alrededor”. Según el Doctor Pierre
Guérin, “los modernos ufonautas y los demonios de épocas pasadas son
probablemente idénticos. Estos últimos aparecen en cada período
histórico revestidos, precisamente, con el aspecto que los testigos
de la época esperan ver, en función de sus condicionamientos
culturales y del momento histórico. El mismo efecto-camaleón es también
característico del fenómeno ufológico”.
Los
objetos no identificados no serían sino el aspecto parcial de una magna
totalidad de orden superior y de naturaleza a la vez física, psíquica y
espiritual.
CAPÍTULO II ¿DE DÓNDE
VIENEN?
Si existen
muy variadas teorías acerca de qué son los ovnis, también abundan las
hipótesis que intentan aclarar de dónde vienen. Comenzaremos por hablar de
aquellas que dan como origen un punto próximo.
Bases
secretas en la tierra Los pilotos de los
platillos volantes podrían ser criaturas que comparten la tierra con
nosotros. Desconocidas para la mayoría de los mortales e ignoradas por la
ciencia oficial, estos “ultraterrestres” son indígenas de nuestro propio
planeta y la causa directa no sólo de la aparición de los ovnis sino de
toda suerte de fenómenos psíquicos, paranormales y hasta religiosos. Esta
idea, sustentada –entre otros- por el Doctor Jacques Vallée, se apoya en
la abundancia de tradiciones orales y escritas sobre estas criaturas que
aparecieron en muchísimas civilizaciones anteriores.
Entre las
muchas razas que nos visitan, algunas de ellas podrían ser los habitantes
de continentes perdidos (Atlántida, Lemuria o Mu) que antes de que éstos
fuesen sepultados por el océano buscaron refugio en algún lugar seguro y
recóndito de la tierra, en un recinto de naturaleza material o “etérica”
conservando todas sus prerrogativas tecnológicas, entre ellas los
dispositivos de avanzado diseño para vencer el
espacio. Sea que provengan de otros planetas y/o planos
o de la propia Tierra, de manera transitoria o permanente pueden utilizar
recintos especialmente acondicionados como bases de operaciones. Se ha
especulado mucho sobre la posibilidad de que existan bases alienígenas
secretas en áreas remotas como la Antártida, Groenlandia, la selva
amazónica, las montañas del Tíbet, y muchos otros lugares deshabitados o
semiexplotados.
Teorías
de la Tierra hueca Según Raymond Bernard, no
todos los ovnis serían extraterrestres: algunos provienen del interior del
globo terráqueo que es parcialmente hueco y posee sendas aperturas en los
polos. Se dice que el Almirante Byrd, explorador del Polo Norte, penetró
en esta región desconocida, encontrando una tierra de clima templado con
montañas, bosques, ríos, lagos, vegetación y vida
animal. Para Brinsley Le Poer Trench, miembro de la
Cámara de los Lores británica, este mundo subterráneo habría sido
construído por los habitantes de la Atlántida, para protegerse de
catástrofes oceánicas y sísmicas. Las dos entradas localizadas en los
polos (que habrían sido incluso fotografiadas por los satélites
americanos) son las que dan acceso al mundo exterior. Allí se alojan desde
hace más de once mil años los “barcos del espacio” que nos visitan en la
actualidad. Robert E. Dickhoff y Michael Barton X, también son partidarios
de la hipótesis de un mundo subterráneo. Los platillos volantes –según
ellos- son oriundos de una gran “conurbación” integrada por siete
metrópolis subterráneas, comunicadas entre sí por unos conductos huecos y
con aperturas que afloran en el Tíbet, Siberia, América del Norte,
Sudamérica y ciertas remotas cumbres montañosas. Fueron construídas por
los marcianos que en su día habían acudido a colonizar la tierra y que se
establecieron en ellas con el fin de escapar a la radioactividad que
siguió a un conflicto atómico entre Atlántida y Lemuria. Sus naves
interplanetarias entran y salen por las mencionadas aberturas
superficiales y su propulsión se basa en las corrientes magnéticas
planetarias. Sus tripulantes supervisan desde hace muchos siglos el
destino de la humanidad.
Civilizaciones suboceánicas
Antonio
Ribera, Will Carson y Otto Binder dan como posible origen
subacuático a los ovnis. El setenta y uno por ciento de la
superficie del globo está cubierta por las aguas, con profundidades de
hasta diez mil quinientos metros (lo suficiente como para sumergir el
monte Everest). ¿Qué mejor sitio –nos dicen- para ocultarse de los
pobladores de la tierra firme?... Se han registrado
centenares de observaciones de cuerpos raros sumergiéndose en el mar,
evolucionando en sus aguas o emergiendo del mismo. A veces con tal
asiduidad que han dado pie a especulaciones sobre la existencia de
“platillopuertos” como los de la zona de Malasia en el océano Indico o los
del golfo San Matías en la Patagonia. Ivan T. Sanderson, uno de los más
competentes estudiosos de lo insólito, después de Charles Fort, mantenía
la tesis de que en cada medio (agua, tierra y aire) podrían florecer
complejas culturas inteligentes separadas entre sí como en compartimentos
estancos. Concretamente en el inmenso volumen de agua oceánica habitarían
razas conscientes capaces de surcar los cielos en vehículos
anfibios.
Fenómenos metaterrestres
tridimensionales Merece la pena considerar
la eventualidad de que los hombres del espacio hayan fundado una
civilización que se extienda por todo el universo, sin vinculación
particular a planetas específicos, residiendo a perpetuidad en grandes
naves superacondicionadas que vagabundean por el espacio libre. En esta
concepción de los “Refugios Interestelares”, navíos espaciales de
considerable volumen podrían albergar a comunidades enteras durante varias
generaciones. Estas naves viajarían de continuo y en
diferentes direcciones, con ánimo de satisfacer una curiosidad intelectual
y científica, buscando nuevos mundos para habitar. También Galíndez, Peter
Sharp y Borret postulan que los platillos volantes serían sondas de
comunicación entre la superficie terrestre y sus voluminosas naves
nodrizas.
Bases
en otros planetas y satélites
Todos los
planetas y satélites del sistema solar han sido, antes o después,
considerados bases de procedencia o tránsito de los platillos volantes. La
posibilidad de que “ellos” sean de origen intergaláctico pero que hayan
organizado “apeaderos” en cuerpos deshabitados de nuestro sistema solar,
ha sido formulada nuevamente por Coral E. Lorenzen.
Los
Fenómenos Transitorios Lunares (T.L.P.) son modificaciones
circunstanciales y de corta duración observados por astrónomos
profesionales o aficionados, por astronautas o simplemente registrados en
fotografías del cercano satélite. Consisten en transformaciones aparentes
y fugaces de la estructura del suelo lunar acompañadas a veces por otros
fenómenos: brillos y fosforescencias de variadas tonalidades, nieblas,
vapores que dificultan la visión óptica, luces móviles, desaparición y
reaparición de pequeños cráteres, súbita visión de un nuevo cráter
no apreciado anteriormente, figuras geométricas, estructuras con
apariencia artificial, bandas longitudinales claramente diferenciadas del
terreno circundante, pequeños promontorios o “cúpulas”,
etc. Particularmente en Platón -un circo de
fondo plano con 96 kilómetros de diámetro- se registraron abundantes
y llamativos cambios en las cuatro últimas décadas del siglo pasado,
reportadas con todo detalle por los miembros de la Royal Astronomical
Society de Londres. Considerando la gran masa
de T.L.P. acaecidos durante varios siglos, unidos a determinadas
observaciones de notable extrañeza, surge inevitablemente la sospecha de
si algunas de estas ocurrencias no tendrían un origen
artificial.
La
clásica hipótesis extraterrestre o E.T.H.
Esta es
sin duda la más popular de las justificaciones a la incansable presencia
de los ovnis en nuestra atmósfera. También es la que más adeptos ha
conseguido en la comunidad científica y entre el cuerpo de ufólogos
“profesionales”. Presupone que estamos ante navíos no terráqueos,
construídos por seres inteligentes comparables al Homo Sapiens,
aunque tal vez mucho más avanzados en ingeniería, mecánica y psicología
que nosostros. Residen en planetas y satélites de naturaleza asimilable a
la de la Tierra. Tanto “ellos” como sus “mansiones y moradas” estarían
compuestos de materia ordinaria perceptible a los sentidos humanos, es
decir, su estructura atómica y molecular sería sólida, física y
estrictamente tridimensional. Para llegar hasta el
sistema solar desde remotas regiones del universo, habrían tenido que
cruzar vastos abismos siderales y para vencer tan inmensas distancias
necesariamente habrán desarrollado dispositivos de desplazamiento espacial
de gran eficacia técnica. Es de suponer que hayan superado, de forma que
no podamos ni imaginar, el callejón sin salida de la inviabilidad de
velocidades superiores a la de la luz, postulado básico, como se sabe, de
la teoría de la relatividad de Albert Einstein.
? Hipótesis marciana:
Los platillos se acercan desde el vecino planeta de la guerra. Por razones
de economía universal –dicen Antonio Ribera, Manuel Pedrajo y L. Taylor
Hanson- las oleadas de ovnis debieran registrarse en las fechas de las
oposiciones de Marte en ciclos de veintiseis meses, cuando el astro rojo
se encuentra a una distancia mínima. Pero la experiencia a lo largo de los
últimos cuarenta años no parece corroborar el supuesto de la invasión
bienal de discos voladores. ? Alternativa venusina: Son varios los
que señalan que podrían provenir de Venus, entre otros el astrónomo Eloy
Ortega. En los días próximos a la conjunción de este planeta con la Tierra
y el Sol, los platillos volantes reaparecen sobre los cielos de casi
todos los continentes. ? Cinturón de asteroides: Por lo que
afirman al menos media docena de “contactados”, esta aglomeración de
trozos de roca entre Marte y Júpiter es el residuo de la explosión del
planeta “Maldek”, que resultó destruído como resultado final de una
contienda con armas de gran poder destructivo. Este conflicto se produjo
después de atravesar un período de decadencia y negatividad generalizadas,
parecido al que sufre ahora la Tierra. Una porción de los habitantes de
Maldek, previendo el fin catastrófico de su planeta, emigró en
sofisticados vehículos aeroespaciales y se estableció entre
nosotros. ? Los tres “de la cola”: Los “contactados” insisten uno
detrás de otro en que los ovnis nos abordan desde Ganímedes, satélite de
Júpiter, que, según los astrofísicos, denota unas aparentes condiciones de
habitabilidad comparables a las terrestres. Muchísimos contactados
aseguran que nuestro sistema no cuenta con nueve sino con doce planetas.
Algunos ovnis comparecen en nuestro cielo desde el trío planetario que
está aún por descubrir, y tal vez sea debido a que no se trata de astros
compactos ordinarios, sino de planetas “etéricos”, submateriales,
invisibles al ojo de los mortales. ? Otros sistemas estelares: Francisco
Donis y otros seguidores opinan que los platillos volantes vienen desde
Alfa Centauri y Próxima del Centauro. Duncan Lunan, científico escocés,
supone que son sondas espaciales lanzadas hace trece mil años por los
pobladores de una astro moribundo, en la región de Epsilon Bootis. La
secuestrada Betty Hill, que fue trasladada a un ovni en 1.961, cree que
provienen de Zeta Retículi. Robert K.G. Temple asegura que su origen es un
planeta perteneciente al sistema estelar binario de Sirio, cuyos
pobladores los Nommos arribaron hace más de cinco mil años a lo que hoy es
Libia. Allí –según ellos- se mezclaron con los Dogon (tribu que perdura en
Mali, al sur del Sahara), fundando una notable civilización que influyó
profundamente en el nacimiento y desarrollo de las culturas sumeria y
egipcia.
HIPÓTESIS DEL NO CONTACTO QUE DIVIERTEN PARTICULARMENTE AL
AUTOR
A título meramente personal,
el autor se inclina por un paquete de hipótesis más o menos extravagantes,
según el siguiente orden de prioridades:
? Son alérgicos a
nuestro sentido del humor. ? No quieren provocar una “debacle”
económica. ? Por el postulado cósmico de
No-Intervención. ? Para evitar la autodestrucción de la
Tierra. ? No abusar de un derrumbamiento
cultural. ? Para seguir prestándonos una ayuda
masiva. ? No merecernos “su” contacto.
? Ni tampoco se lo
hemos pedido. ? No ofrecer gardenias a los cerdos.
? Peligros de la
excesiva aceleración espiritual. ? Por una cuarentena que nos aisla
transitoriamente. ? Sólo contactan con seres que aman el
amor. ? No soportan nuestras bajas vibraciones
animalizadas. ? Les enferma que los adoremos como a
dioses. ? Porque les recibimos con ataques y
agresividad.
Mundos
interpenetrados Según Otto Binder, los
ovnis y otros fenómenos conexos pueden originarse en un mundo cuyo grado
de vibración esté una octava por encima del nuestro, implicando el
concepto de “mundos dentro de otros mundos”, interpenetrándose mutuamente.
Los habitantes de cada una de estos recintos vibratorios en particular
sólo ven, oyen y tocan el sistema limitado de realidad que les ofrecen sus
propios órganos sensoriales, capacitados para operar exclusivamente en un
tramo muy definido del espectro total de la energía vibratoria. Así
tendríamos mundos enteros invisibles al alcance de la mano, estratificados
en “capas” o esferas interpenetradas; como si las bandas del interior de
una cebolla se solapasen e interpenetrasen unas con otras y, no obstante,
se mantuviese una abismal separación vibratoria entre todas ellas. J.B.
Hasted, físico y parapsicólogo, sostiene que “hay un número infinito de
“mundos” que coexisten a su vez en el seno de un número infinito de
dimensiones, pero no interaccionan directamente entre sí porque son
mutuamente “ortogonales”. No obstante, si la conciencia humana fuese capaz
de recibir impresiones sensibles de uno de esos recintos diferenciados,
quedaría así explicada una gran variedad de fenómenos, tanto ufológicos
como paranormales. A efectos prácticos la realidad no es algo absoluto,
sino condicional y relativo. Para una mente concreta en particular, su
“realidad objetiva” estará en función de en qué dirección, hacia qué
“área” específica focalice su atención.
Teoría
de las realidades alternativas
FORMULADA
hacia el año 1.966 por Allen Greenfield, plantea que la realidad no es
algo fijo y estático, o al menos no lo es en nuestro presente estado de
comprensión. Por lo tanto cabe que resultemos atrapados en alguna suerte
de determinado estado de realidad, por medio de viajes o transmisiones en
una cierta inter-realidad. El universo en el que residimos sería sólo una
porción de la totalidad de lo real. A través de la historia,
los habitantes de otras realidades alternativas han estado en contacto con
la humanidad, por lo general con ánimo amistoso y en menor grado con
propósitos hostiles, en orden a dominar a la población con manipulaciones
encubiertas. En la concepción einsteniana cabe concebir
“atajos” espaciales por la producción de curvaturas locales (como los
agujeros de gusano). Cuanto mayor es la cantidad de materia, mayor es
también la curvatura del espacio en ese punto. Si la masa de un
entorno fuese suficientemente grande y se hubiese llegado a un determinado
radio de enrrollamiento, la curvatura circundante se cerraría sobre sí
misma. Su contenido quedaría entonces aislado del resto del complejo
espacio-temporal. Tal efecto se traduciría en una sorprendente
desaparición de objetos materiales. Un cuerpo espacial que estuviese
animado de una velocidad próxima a la de la luz adquiriría –según la
teoría de la relatividad- la masa necesaria para cerrar sobre sí mismo su
propio campo gravitatorio. Pasaría de esta manera a otro plano diferente
al del universo observable. Fuera de éste, la materia no estaría sometida
a las mismas leyes físicas que rigen normalmente en su interior, pudiendo
desaparecer y reaparecer en otros puntos del espacio, en escasísimo
tiempo. Esta teoría ha sido propuesta por
Schwarzschield. Similares especulaciones hace Luis Schöenherr.
Según este investigador los viajeros proceden realmente del espacio
exterior, pero durante sus desplazamientos utilizan la cuarta dimensión
para vencer las grandes distancias intersiderales. Es decir, son
tridimensionales y se originan en nuestro mismo continuum de
espacio-tiempo, pero para viajar fuera de él se valen transitoriamente de
artilugios de la tecnología tetradimensional. Para evitar “cruzar”
extensiones longitudinales, producirían con su avanzada técnica unas
curvaturas locales en el espacio que ha de ser vencido; una vez conseguido
esto, ellos simplemente empezarían a surgir ante nuestra
vista.
Otros
sistemas de realidad Los ovnis vienen de un
universo de cuatro dimensiones, opina Raoul Foin; sus frecuentes
desapariciones instantáneas se explicarían por la súbita transferencia al
futuro, donde no les podemos percibir. Así pués, no surgen del espacio
sino del tiempo. Podrían ser practicantes de la regresión temporal, que se
complacen en examinarnos como a sus ancestros.
Otto
Binder sugiere que serían seres de una diferente “zona del tiempo” y por
ello sin existencia real, sólida y tangible en nuestro tiempo. Más bien se
trataría de meras proyecciones a través de la barrera
temporal. Para John A. Keel, John R. Young y el Doctor
Stannard, es posible que nos estemos topando con seres inteligentes de un
“universo negativo” integrado por antimateria, que coexiste con el nuestro
o lo interpenetra sin que seamos conscientes de ello. Aquello podría
explicar el por qué tanto de los platillos volantes, del poltergeist, de
las extrañas materias que caen inexplicablemente del cielo,
etc. Otra de las hipótesis postula que los ovnis no
se originan con el convencional espacio exterior, sino que pertenecen al
“espacio interior” del hombre. Para Matt Graeber, lo que hoy llamamos
ovnis se denominó en otros momentos de la historia: visiones, dioses,
santos y ángeles.
CAPÍTULO III ¿QUÉ
PRETENDEN?
Partiendo
de la base de que no hay una sola explicación para el fenómeno ovni, se
comprenderá que es obvio que las teorías acerca de sus objetivos también
sean muy variadas; hay quienes aseguran que los supuestos extraterrestres
vienen a destruirnos o esclavizarnos y otros, por el contrario, suponen
que su cometido es “civilizarnos”, enseñarnos y
protegernos.
Raptos
y Cyborgs humanos Según Jacques Scornaux,
algunos humanoides podrían ser mortales capturados por los extraterrestres
y sometidos a obediencia por los seres que comandan los ovnis. De esta
manera, y si así les interesare, podrían explorar detalladamente el
planeta con el concurso de estos biorobots teledirigidos, sin necesidad de
que ellos se manifiesten directamente. Por manipulación genética han
podido desarrollar innumerables razas de cybors humanos, cada una de
ellas adaptada a las misiones especializadas que ha de desempeñar mezclada
entre nosotros, del mismo modo que los ingenieros pecuarios crían
centenares de especies caninas para la caza, guardería, cuidado del
ganado, salvamento de personas, carreras, etcétera. Las misteriosas
desapariciones de seres humanos que parecen volatilizarse en el aire son
una constante en los archivos policiales. Por otra parte, se sabe de
varios casos en los que grotescos tripulantes de ovnis han aparecido
acompañados de otras personas idénticas a los humanos terrestres. Los
“contactados” a su vez indican que los alienígenas raptan –con
diversos fines- a numerosos hombres y mujeres del medio terráqueo, siempre
con el consentimiento consciente o inconsciente de los
implicados.
Fenómenos de Mimetismo y
Camuflaje Según John A. Keel, los
ultraterrestres se nos han aparecido en el pasado asumiendo las formas
fingidas que mejor cuadraban a los rasgos psicológicos y temperamentales
de cada comunidad y sistema de creencias. En la segunda mitad del siglo XX
remedan vehículos de lejanos planetas, porque es lo que mejor se adapta a
la mentalidad tecnocrática de los nuevos tiempos. Y en el futuro
seremos testigos del flujo en nuestro continuum de espacio-tiempo de una
gama de fenómenos todavía mucho más extraños, anómalos y misteriosos que
los objetos no identificados contemporáneos. Los ovnis y humanoides
camaleónicos representan ante nuestra perpleja mirada lo que Jean Robin ha
motejado como “La Gran Parodia”: una magnum opus de teatro cósmico,
montada con tantos actos y sofisticadas escenas cual una excelente comedia
de Shakespeare. He aquí algunos de los personajes y situaciones
falsificados que, en el decurso del tiempo, han sido urdidos por los
habilidosos del cielo: ? Simulacros de seres mitológicos
protohistóricos, dioses y héroes del Olimpo griego.
? Dragones volantes en
la China Imperial. ? Arcas de la Alianza, columnas
luminosas, carros de fuego, nubes resplandecientes y estrellas de Belén en
episodios ligados a la cultura judeo-cristiana.
? Cruces refulgentes en
la atmósfera de la Edad Media (Carlomagno).
? Soles que “se paran”
hasta que una batalla se decide a favor del bando
eclesiástico. ? Ángeles y “enviados” en el contexto
católico. ? Decenas de miles de apariciones de una hermosa dama “con
el brillo de mil soles”, que durante ochocientos años se ha hecho pasar
por “Nuestra Señora” o la “Virgen María”.
? Diablos infernales,
deformes monstruos de las tinieblas y demonios tentadores que han
martirizado a gentes escrupulosas en las edades
oscuras. ? Veintenas de casos de intrigantes formaciones de
helicópteros en vuelo, plaga de los Estados Unidos en la década de los
años setenta y vinculados a las mutilaciones de ganado. Son caricaturas de
autogiros, pues jamás han sido identificados ni pertenecen a ningún
helipuerto conocido. ? El modelo más asombroso de mimetismo
ufológico ha sido sacado a la luz pública por un brillante trabajo de
Bertrand Meheust. A partir de 1.880 los ovnis aparecen masivamente en los
relatos de ciencia-ficción, copiando (o mejor pre-describiendo) con
increíble exactitud y detallismo la profusa tipología ufológica que
se desataría a partir de 1.947. Con casi un siglo de antelación, los
novelistas de lo que se suponía fantástico, han previsto con enorme
precisión las escenas hoy tipificadas en relación con platos voladores,
aterrizajes, humanoides, morfologías, aspecto exterior y comportamiento de
los discos y cigarros extraterrestres. Ojeando estos arcaicos textos de
segunda fila, parecería que estamos leyendo cualquier informe rutinario
sobre los platillos volantes de nuestros días.
La
ideología alienígena habría precedido masivamente y en el campo de lo
inobservable (novelas baratas por entregas), a lo que ocurriría mucho
después; de esta manera se habría hecho una preparación sibilina de la
mentalidad popular con el fin de introducir progresivamente la noción de
una multiplicidad de culturas en el cosmos.
Implicaciones cataclísmicas
Por una
oscura relación de causa y efecto que algún día descubriremos, el origen
de los ovnis está ligado con eventos tales como huracanes, grandes
tormentas, terremotos, erupciones volcánicas y otras hecatombes que
siempre se han considerado obra de fuerzas ciegas de la
naturaleza. Los ovnis se suelen concentrar en estas áreas
conflictivas por razones que se desconocen. Alberto Perego mantiene que
están vinculados con una interminable serie de lo que el público toma por
“accidentes” aleatorios, pero que a su juicio exhiben características que
le llevan a calificarlos como intencionales. Efectivamente se nota una
sospechosa repetitividad en determinados siniestros-tipo: caída de
aviones, explosiones en portaaviones norteamericana cerca de China y
Vietnam, trenes con combustibles químicos, convoyes de armas y municiones,
colisiones de vehículos que transportan emigrantes y peregrinos
religiosos, fulminantes incendios en asilos de ancianos y en hogares donde
hay niños solos, etc. También se han registrado oleadas de calamidades con
una frecuencia aparentemente superior a la media del azar, en ciertas
áreas geográficas (Filipinas, Colombia, Pakistán) y durante épocas
de miedo, odio violento e intensas agitaciones sociopolíticas. Los
antiguos ya lo sabían, pues consideraban a los “escudos ardientes” del
cielo como signos de mal agüero, anunciadores de seguras
desgracias. En opinión de Ramatís y otros “contactados”,
las adversidades destructivas no tienen nada de fortuitas, sino que son
cuidadosamente preparadas por eficientes equipos de especialistas
angélicos. El motivo de fondo para que los ingenieros
siderales programen con tanta meticulosidad dolorosas experiencias
individuales o colectivas, no es disfrutar ejercitando una crueldad
gratuita; muy por el contrario, ellos saben que las que parecen terribles
desgracias de la vida nos son muy necesarias; más aún: resultan
imprescindibles para el progreso interior y cumplen –aunque de ninguna
manera lo parezca- una utilísima función catártica. Los infortunios,
administrados con sabia oportunidad, constituirían la técnica de máxima
eficacia conocida a fin de purificar moralmente el alma y el vector
psicológico del individuo. Y sobre todo optimizan, en conjunto y a largo
plazo, la velocidad de desarrollo evolutivo y espiritual de los seres
conscientes.
Un
sistema de Control El fenómeno ovni, según
Jacques Vallée, sería la manifestación de una realidad que trasciende al
tiempo y al espacio. Ya es hora de que reconozcamos que el estudio de
estos fenómenos no compete a la ciencia sino a la “Inteligencia”, es
decir, a los servicios de contraespionaje.
Existe un
elaborado sistema de control metalógico del planeta Tierra, que ha entrado
progresivamente en funcionamiento a partir de la Segunda Guerra Mundial,
cuando los viejos mitos se han vuelto inservibles. Este nivel de
intervención en la sociedad terrestre funciona como un regulador de su
desarrollo, e influye en la conducta del género humano. Los ovnis
constituyen una manifestación simbólica, una poderosa imaginería
proyectada para alterar los sistemas individuales y colectivos de valores
y comportamientos. La tecnología ufológica distorsiona el sentido de
realidad del observador y afecta a la conciencia humana con sofisticadas
técnicas psicotrónicas, en orden a generar transformaciones psicosociales,
políticas y económicas en la biosfera cerebrada de este
planeta. Los ovnis serían dispositivos que originan una
deformación en la estructura de realidad del espectador, con el propósito
deliberado de proyectar imágenes y representar escenas, a modo de un
gigantesco drama teatral, diseñadas para cambiar nuestro acervo de
creencias. “Ellos” constituyen una bomba social de
relojería y ejecutan sus papeles en un vasto plan de seducción subliminal;
cuidándose mucho de tomar sus conceptos ideológicos de los propios
arquetipos básicos del género humano, con lo que buscan forzar un cambio
global del comportamiento colectivo. El mecanismo de vigilancia del medio
humano que utilizan los ovnis, podría estar localizado en el espacio
exterior. Esta ingeniería anímica seria tal vez originada en otro mundo y
es, a la vez, física, psíquica y espiritual, capaz de un hábil amaño de la
mentalidad pública. ¿Podrían ser, en última
instancia los “Manipuladores” nada más que un grupo humano, que ha
conseguido ostentar una forma muy avanzada de poder psicotrónico?...
Debemos considerar también que las riendas se manejan desde “Magonia”, una
suerte de universo paralelo imbricado con el nuestro, pero inaccesible
tanto a los sentidos como a la razón del hombre ordinario. El tiempo en
Magonia no fluiría a la misma velocidad que en la Tierra, ni el espacio
allí sería una mera extensión longitudinal como nos enseña la ciencia
física. Algunos dicen que los ovnis son un cuerpo de
policía estelar que trabaja como guardas-jurados para protegernos de la
eventual agresión de hordas alienígenas e imperialistas. Al mismo tiempo,
también se ocupan de impedir nuestras expediciones de conquista al espacio
exterior y del que estalle una Tercera Guerra Mundial, la que podría
desaparecer la biosfera terrestre y originarse una deflagración atómica en
cadena que haría peligrar seriamente el equilibrio y la seguridad del
mismo sol y su familia de planetas. Según muchos “hombres-contacto” que
aseguran recibir mensajes de otra dimensión, los moradores de los mundos
vecinos tomarán contacto con nosotros y de forma contundente, para
neutralizar con métodos coercitivos la hecatombe de un conflicto nuclear,
rompiendo así, por tan graves y justificados motivos, su tónica
acostumbrada de no-contacto. Dan Lloyd postula que en
el universo hay ciertas categorías de seres espirituales cuyo propósito es
obstaculizar la verdadera evolución de la humanidad. Inducen
deliberadamente conceptos materialistas para evitar el libre pensamiento e
impedir que el auténtico conocimiento espiritual sea aplicado en las
actividades humanas vitales: educación, medicina, ciencia, arte y
religión. Estas personalidades malignas eran ya bien conocidas en la
antigua Persia con el nombre genérico de Arimán y como Satán, en la
Biblia. Estarían sembrando la ilusión de que máquinas físicas están
llegando a la tierra cargadas de hombres corporales del espacio exterior,
es decir alienígenas, lo que no sería más que un gran cuadro alucinatorio
inducido a propósito.
CAPÍTULO IV ¿POR QUÉ NO ENTRAN EN
CONTACTO CON NOSOTROS?
Ante
las múltiples afirmaciones de su presencia, la pregunta lógica es ¿por qué
no bajan de una vez y se dan a conocer?... Desde 1.947 miles de personas
en todo el mundo contemplan las evoluciones de extraños artefactos de
características técnicas revolucionarias que, lejos de ocultarse, se
exhiben ante las multitudes cada día con mayor audacia. ¿Se trata de un
vasto plan educativo a largo plazo, con el ánimo de ir habituando lenta
pero eficazmente a la población en cuanto a la constante presencia
extraterrestre?... Con este método de montar un perenne espectáculo en los
cielos, en medio siglo habrán domesticado la recalcitrante mente humana,
que acabará aceptándolos como un fenómeno de rutina. Milagros del
pre-contacto indirecto, que equivale a una impresionante campaña de
relaciones públicas en orden a crear una seductora imagen
interplanetaria. El no-contacto es una
realidad, sin perjuicio de que entre los extraterrestres y la raza humana
se estén produciendo en gran escala, otras modalidades menos patentes de
interrelación, distintas al contacto abierto. En otras palabras, aunque el
hombre de la calle no lo sepa, el contacto existe –según los
“contactados”-, no sólo en una sino en varias formas, y la única
suerte de comunicación por ahora ausente, es el establecimiento de
relaciones bilaterales, ostensibles y a la vista de
todos. Pudiera ser que un acercamiento mutuo se
conceda en exclusividad a las especies evolucionadas y que el aislamiento,
al menos parcial, de la raza inferior con respecto a la superior,
sea la tónica ante civilizaciones que se encuentran en su primer estadio
de despegue cultural. ¿Vivimos en un planeta
joven y por ello la transferencia de información en dos direcciones no
está aún formalizada?... ¿Somos una excepción, es atípico y claramente
anormal lo que está ocurriendo aquí?. ¿O estamos experimentando la
secuencia rutinaria de acontecimientos que han tenido lugar anteriormente
en trillones de planetas? Las generaciones venideras
tal vez encuentren explicaciones a tantos desalentadores interrogantes
sobre la normativa del canje de embajadores entre planetas. Por nuestra
parte, hemos de contentarnos con ejercitar la imaginación controlada
y recomponer el imposible rompecabezas en base a un ingente montón de
datos aislados. Se reportan unas cien observaciones al día,
pero como sale a la luz un exiguo diez por ciento de los casos, quiere
decir que se producen más de treinta mil incidentes en el mes, y millares
de fotografías, captaciones de radar, aterrizajes, paseos de humanoides y
monstruos antiestéticos, huellas y residuos en el terreno, agresiones,
raptos de personas, “contactados” y el cuento de nunca acabar. Un
espionaje bien planeado, que se concentra preferentemente en determinadas
áreas neurálgicas: embalses de agua potable, instalaciones atómicas, bases
militares, grandes factorías, centrales eléctricas, torres de microondas,
nudos de comunicaciones y otras. Como ha comentado Aimé
Michel, la ausencia del contacto es uno de los elementos del magno
“festival del absurdo” extraterrestre, y el problema número uno que nos
plantea el fenómeno. ¿Por qué no se manifiestan?, clama la opinión
pública. Al estudiar una batería de eventuales respuestas, es preciso
recordar que quizás no obedezcan a un solo motivo sino a muchos, como
corresponde a la pasmosa complejidad del problema del
no-contacto.
Algunas
posibles respuestas La situación y desarrollo
evolutivo de un sistema no pueden ser alterados por agentes externos al
mismo, a fin de que los miembros de este colectivo asuman la
responsabilidad de adoptar decisiones autónomas, de ejercer el derecho a
crear su propio destino sin interferencias exógenas. Según este principio
de no-intervencion, ninguna humanidad planetaria está autorizada a
perturbar el curso histórico de otra, a excepción de los centros
decisorios encargados por la legislación del universo observable, de su
supervisión, dirección y control. Su equivalencia a escala unitaria es la
sagrada preservación del libre albedrío individual, ya que la realidad
podría ser un conjunto de radical y absoluta autodeterminación en todos
sus múltiples niveles. Hay quienes opinan que el
no-contacto es sólo transitorio; algo así como una medida precautoria, o
cuarentena. Por ahora se encuentran interrumpidas las comunicaciones
inter-espaciales, debido a violaciones históricas de la normativa global.
En terminología teológica el bloqueo provisional de relaciones abiertas
bilaterales sería producto del pecado original o de la rebelión de
Lucifer. La teoría del aislamiento punitivo es vigorosamente defendida por
los anónimos autores del fascinante “Libro de Urantia” (Chicago,
1.955). Es posible que haya un insalvable desnivel de
psiquismo entre los supuestos visitantes y nosotros. Una comunicación
eficaz implica la comprensión del mensaje recibido. Pero supongamos que
las especies que merodean por nuestra atmósfera hayan seguido otra línea
evolutiva; su inteligencia se ha desarrollado en diferente dirección o
pertenecen a sistemas que nos son abismalmente extraños
(multidimensionalidad, universos paralelos, frecuencias vibratorias
interpenetradas, “realidades probables” de Seth, etc.), con un mecanismo
cerebral (y su consiguiente proceso lógico), aparato psíquico y dotación
sensorial fantásticamente diversos a los del Homo Sapiens. En tales
circunstancias (muy probables además en un universo cuya primera
magnificencia observable es su asombrosa diversidad), cabe esperar
barreras mentales y lógicas infranqueables, la incomunicabilidad radical
entre sistemas. Lo que no debe de extrañarnos, pues somos incapaces de
dirigir signos y señales reconocibles a los millones de especies animales
que nos rodean y no sabemos decirle “me gustas” a un
rododendro. Pudiera ser también que no bajen para no
enfermar pues no son inmunes a los gérmenes y dolencias terrestres. O bien
porque no soportan nuestro medio. Hay otra “atmósfera”
psíquica o radio-biológica, que tampoco resisten según algunos
“contactados”. Son gente normal, incapaz de convivir en un ambiente de
odio y miseria ética tan degradado como el terrestre. Se sienten
desgraciados en mitad de un océano de pensamientos y vibraciones “densos”
y de baja estofa. Si tienen un nivel tan
alto y tan desarrollado de inteligencia, puede ser que no les causemos
ninguna gracia. Exponerse a nuestro rudimentario sentido del humor,
perturbaría gravemente sus circuitos anímicos. Ni siquiera se conmoverían
con las sutiles ironías británicas y encontrarían intolerable convivir con
personas que no les capten al vuelo sus “golpes”. Sólo este importante
motivo sería ya una explicación para el no-contacto.
Somos
muy primitivos ¿A quién se le ocurriría
“contactar” con un montón de estiércol?... Nuestra perpetua historia de
sangre, sudor y lágrimas hace sospechar que nos han destinado a un
receptáculo de vida de moralidad atípica, donde por razones de economía y
eficiencia penal han concentrado a los espíritus delincuentes,
incorregibles y gamberros de una vasta región de la Vía Láctea. Un maldito
basurero cósmico, donde sufren condena toda suerte de canallas e
inadaptados, no merece desde luego lazos de amistad. Y no debemos
culparles; reconozcamos que nadie va de gira a un Sing-Sing debidamente
aislado en el espacio y que no es apetecible tratar con el “lumpen”
residual de desterrados de muchos planetas cercanos, al menos antes de que
se reformen y rehabiliten. Supongamos que les da por
abrir la espita del contacto. ¿A quién se dirigen?... ¿A la Casa Blanca,
al Kremlin, al Papa o a Lola Flores? No hay representación válida para
negociar a la única escala concebible que es la planetaria, dado que un
planeta (o quizás un sistema solar) es la mínima célula político-
administrativa viable a efectos de un pacto con El Espacio. El contacto
aguarda, como mínimo, a que organicemos un gobierno mundial respaldado
fehacientemente por la voluntad popular, capaz de designar interlocutores
acreditados y de promulgar disposiciones legales que regulen pacíficas y
constructivas relaciones interplanetarias.
Tal vez
sólo les mueva el deseo de aprender y una aséptica curiosidad científica.
Nos analizan fascinados como a insectos y, con sus métodos prodigiosos de
observación a distancia, no necesitan conexiones
personales. Están investigando cuidadosamente toda la
estructura terrestre y buscan un buen índice de fiabilidad en los
resultados. Para ello, un principio generalmente aceptado de metodología
científica aconseja reducir al mínimo la influencia de los instrumentos de
examen en el sistema observado, máxime si sus componentes están dotados de
inteligencia, pues ya se sabe que la gente modifica su comportamiento
normal cuando se siente observada.
Suspensión transitoria del
contacto La “Rand Corporation”
formuló una serie de recomendaciones para los astronautas de la NASA en su
prevista exploración de planetas cercanos, y son todas ellas un lúcido
manual de prudencia interplanetaria que Otto Binder resume
así: 1) Los expedicionarios permanecerán en órbita y enviarán
pequeños sondas sólo si no se observa vida en la
superficie. 2) Si se comprobara la existencia de seres humanos, la
primera expedición volverá sin haber intentado un
aterrizaje. 3) Un segundo vehículo será lanzado con equipo
ultrasensible, para espiar sin que se aperciban los
habitantes. 4) Sensores rotando en órbita fotografiarán la totalidad del
planeta. 5) Las instalaciones militares serán cuidadosamente
registradas. 6) Se determinará si los nativos están más adelantados o
retrasados que nosotros. 7) Si los aborígenes fueran hostiles,
deben tomarse en los aterrizajes las máximas
precauciones. 8) Jamás se descenderá en las grandes ciudades, sólo en
áreas remotas con escasa densidad de población.
9) Equipos científicos
recolectarán muestras de suelo, flora y fauna y otros especímenes de
interés. 10) Si pobladores autóctonos se acercan a un artefacto, en
ninguna circunstancia se abrirá fuego contra ellos.
11) En tal caso
despegar inmediatamente y volver al cohete
principal. 12) El más extremo secreto debe ser mantenido sobre la
presencia de nuestras naves, y los acercamientos a la superficie sólo
deberían realizarse durante la noche.
13) Ningún intento de
contacto directo se llevará a cabo, sin asegurarse bien antes de la
reacción favorable de los indígenas. 14) Si los naturales del astro extraño
no son capaces de aceptar la idea de visitantes de otros mundos sin sentir
pánico, el contacto debe ser postergado
indefinidamente. 15) Se pondrán en juego toda suerte de
sutiles artimañas para mantener perpetuamente en la duda a los nativos
sobre la realidad de los artefactos encargados de la observación
clandestina. 16) Las operaciones descritas, que requerirán varias
incursiones, puede ser necesario mantenerlas durante un largo período de
años o incluso de varias décadas, y siempre con un completo sigilo sobre
la existencia de las aeronaves oriundas de la
Tierra. Por lo que se ve, una explícita antología de
procedimientos de no-contacto es detalladamente aconsejada por la Rand,
“el mayor embalse de energía cerebral al servicio de cualquier
gobierno”.
Contacto Secreto Se ha especulado sobre una
“Cosmic Connection”, el eventual acercamiento de los ufonautas a la
“élite” que detenta el poder decisorio, cuidándose bien ambas partes de
que negociaciones tan explosivas no trasciendan a la opinión pública. Cabe
considerar dos variantes distintas de semejante
hipótesis: ? Los numerosos vehículos alienígenas y sus correspondientes
tripulaciones que el gobierno norteamericano atesora en recintos
ultrasecretos, a tenor de los convincentes resultados de una paciente
investigación emprendida por Leonard Stringfield y otros estudiosos del
tema. El Pentágono, según este coherente y bien documentado rumor, ha
recogido más de una docena de aparatos interplanetarios y muchos cadáveres
de ocupantes, principalmente en Méjico y en el sudoeste del país (Arizona,
Texas y Nuevo Méjico). Este sería un genuino contacto “sólido”, utilizando
especímenes humanos y muestras de tecnología extraterrestre. Es de suponer
que tales artefactos no han sufrido un accidente, como ireflexivamente se
ha apuntado, sino que los platillos “estrellados”, junto con su contenido
de enanitos calcinados, fueron colocados adrede sobre la arena del
desierto y en las inmediaciones de alguna patrulla militar. Es
significativo que a pesar de que los americanos lleven décadas analizando
ansiosamente en sus laboratorios las naves “siniestradas”, que sepamos no
han logrado desentrañar el misterio de su sistema de propulsión, porque
ésa precisamente habría sido la intención de los que representan la
complicada comedia sideral. ? El segundo método de comunicación
oculta, al margen de las multitudes, consistiría en un “Tête a Tête”
(o mente a mente) entre los humanoides y los más encumbrados dirigentes de
Estados Unidos, China y la URSS. Ha corrido mucha tinta sobre alguna
suerte de conversaciones confidenciales entre las superpotencias y la
Confederación de Planetas, en orden a concertar un pacto de concesiones y
ventajas bilaterales, cuya primera y más cínica cláusula acordaría la
perpetuación del no-contacto abierto y público. Según Otto Binder: “Es
posible que los responsables políticos de los dos grandes bloques hayan
tenido encuentros secretos con los alienígenas. Ambos sistemas de
autoridad estarían solventando ahora, a dúo, el intrincado problema de
cómo presentamos a nuestros hermanos del cosmos, sin pulverizar
irremisiblemente la economía mundial, nuestros conceptos filosóficos, la
tranquilidad popular y nuestro modo de vida”.
Contacto Privado En esta categoría
incluímos a los polémicos “contactados”, que afirman recibir datos
descriptivos de la realidad, proporcionados por agentes no convencionales
que se valen de una amplia gama de métodos de comunicación: encuentros
persona-a-persona, con figuras antropomórficas que descienden de un ovni,
con entidades súbitamente materializadas delante del testigo, por
telepatía, a través de un “médium” en estado de trance, por escritura
automática, en forma de escritos anónimos recibidos por correo, etc. Se
trata de un prototipo de contacto aislado, unipersonal y altamente
selectivo, ya que los testigos son cuidadosamente elegidos por ciertas
cualidades específicas apropiadas para el desempeño de la extraña misión
que se les encomienda, abundando entre ellos los inadaptados y
oligofrénicos, gente inestable y toda suerte de personalidades inestables
y de ovejas negras. Los “hombres-contacto” han
florecido en gran escala desde la década de los años cincuenta, cuando
abrió brecha el muy discutido (casi como todos ellos) George Adamski. Su
número es mucho mayor de lo que se cree: los investigadores Don Elkins y
Carla Rueckert han estudiado más de mil casos, el francés Jean-Pierre
Troadec doscientos setenta, el autor de este trabajo tiene noticia de unos
ochocientos y la Universarium Foundation de Portland (Oregón) insinúa que
la nómina mundial asciende a doce mil. El volumen de información
transvasada vía “contactados” es verdaderamente inmenso; calculamos que se
han publicado más de doscientas mil páginas –la mayoría de ellas en lengua
inglesa- sobre los temas más variados: Dios, la naturaleza del universo,
las leyes naturales que rigen el cosmos, el comportamiento moral, la
historia de la Creación y del planeta Tierra, la vida de Jesús, los rasgos
de las civilizaciones en otros astros y niveles de existencia, el
catastrofismo que nos espera de aquí al año dos mil y otras muchas
cuestiones científicas que van desde la astrofísica a la estructura
económica y la sociología; millones de palabras supuestamente reveladas
que constituyen un masivo depósito de información, tal vez de insospechado
valor, a la espera de que a la ciencia oficial se le ocurra someterlo a un
metódico análisis. La literatura “contactada”
no es ciertamente fácil, y antes que nada hay que aprender a leerla. Sus
textos no son lineales ni cartesianos, pues junto a enunciados sensatos,
que pretenden explicar la realidad objetiva, aparecen premeditadamente
mezclados “gazapos” que consisten en burdas falsedades, indicaciones
absurdas, ridículas y contradictorias, elementos éstos infiltrados con
ánimo de desprestigio, para que resulte intrincada la tarea de separar el
trigo de la cizaña, el ruido de fondo o cortina de humo para despistar a
los no avisados y estimular el escepticismo en el grueso de la población.
Obviamente esta nueva revelación de la era atómica no va destinada a las
masas, sino que con ella se intenta influir selectivamente, en un reducido
núcleo de personas preparadas para asimilarla y que saben “de qué va la
cosa”, sin afectar las creencias el resto de la comunidad. El
“contactismo” no es más que una técnica, de lo más sutil y refinada, para
comunicar nuevos conceptos, heterodoxos y subversivos para el statu quo,
de tal modo que sólo los capten los que son aptos para utilizarlos
constructivamente y, al mismo tiempo, que el hombre de la calle saque la
opinión de que se trata de los insensatos, un puñado de inofensivos
charlatanes y desequilibrados. Es una sutil estratagema para insuflar la
verdad a los pocos que se la merecen, sin efectos colaterales que
trastornen a los que no se interesen por ella. Aunque, a la larga, el
resultado acumulativo sobre el colectivo humano de los millares de
contactados puede ser considerable y hacer las veces de una lenta
separación para culminar finalmente en el contacto
abierto. La pareja formada por Don Elkins y Carla
Rueckert ha elaborado una brillante monografía sobre los “contactados”,
publicada bajo el título de: “Secrets of the UFO”, que de paso es uno de
los estudios más exhaustivos, interesantes y reveladores de toda la
literatura ufológica.
RESUMEN
DE LAS HIPÓTESIS SOBRE LOS OVNIS
EXPLI
CACIONES ORTODOXAS
Fenómenos celestes
identificables.
? Cuerpos astronómicos
erróneamente interpretados: - Fenómenos
solares. - Fases de la Luna. - Planetas.
- Fenómenos celestes
transitorios. ? Fenómenos de fisica atmosférica:
- Peculiares
formaciones nubosas. - Perturbaciones
eólicas. - Reflexión lumínica. - Reflexión de ondas
electromagnéticas. - Refracción atmosférica. Inversiones
de temperatura. Espejismos. - Quimioluminiscencias. (Fuegos fatuos,
vapor de amoníaco). - Luminosidades
telúrico-sísmicas. - Descargas eléctricas celestes (Fuego
de San Telmo. Rayos globulares). - Teorías plasmáticas (Plasmas fríos,
Efecto-corona, Plasmas rotativos). ? Vehículos aéreos
convencionales: - Aeroplanos clásicos. - Artefactos científicos y
meteorológicos. - Aparatos de investigación espacial.
? Subproductos
erráticos industriales. ? Actividad biológica convencional en
los cielos.
Fenómenos fisológicos y
psicosociales
? Anomalías y errores de
percepción: - Efectos de fisiología ocular.
-
Alucinaciones. ? Mistificaciones, fraudes y fabulaciones
humanas. ? Síndromes sociológicos de conducta grupal (histeria
colectiva).
Otras
hipótesis más o menos convencionales
? Vinculaciones con
perturbaciones geomagnéticas: - Ovnis y fallas
geológicas. - Ovnis y terremotos. - Filones
minerales. ? Centros de atracción ufológica.
EXPLICACIONES
HETERODOXAS
Ingenios experimentales de tierra
? Artefactos aéreos de
tecnología de vanguardia. ? Inventos bélicos de la Alemania
nazi.
Exobiología del espacio
? Bases secretas
terrestres: - Estaciones alienígenas en áreas
remotas. - “Paraíso perdido” en el Polo Norte.
- Teorías de la “Tierra
hueca”. - Civilizaciones suboceánicas.
Fenómenos metaterrestres
tridimensionales
? Estaciones permanentes
en el espacio libre. ? Bases en otros planetas y
satélites. ? Fenómenos transitorios lunares o
T.L.P. ? La clásica Hipótesis Extraterrestre o
E.T.: - Hipótesis marciana. - Alternativa
venusina. - El planeta desaparecido “Maldek” y el Cinturón de
Asteroides. - Los tres planetas de la cola
(transplutonianos). - Ganímedes.
- De la marabunta
planetaria. - De otros sistemas estelares.
- De las propias
estrellas. ? Variantes atípicas de la “Hipótesis
Extraterrestre”: - Teoría de la colonización
espacial. - Hipótesis del espacio energizado.
- Autómatas
galácticos. - Raptos y Cyborgs humanos.
Fenomenología psíquica
? Hipótesis
psíquica. ? Creaciones arquetípicas del incosciente colectivo de la
humanidad. ? Telehipnosis ideo-plástica.
? Los ovnis como
pensamientos solidificados o ideo-formas.
? Pseudo-objetos
proyectados. ? Formaciones ectoplásmicas.
Otras
hipótesis residuales
? Fenómenos de mimetismo
y camuflaje. ? Teoría ondulatoria. ? Radiación
viviente. ? Manifestaciones energéticas
incomprensibles. ? Implicaciones cataclísmicas (ovnis y
accidentes y siniestros). ? Miscelánea (Sobre lo poco que
sabemos).
Modelos
parafísicos y transdimensionales
? Multiplicidad de
frecuencias vibratorias. Universos paralelos.
? Teoría de las
realidades alternativas. ? Universos dentro de
universos. ? Los ovnis como sistema de control de la
humanidad. ? Materializaciones transitorias
artificiales. ? Atajos espaciales. ? Intersección de
universos. ? Transmutaciones energéticas transitorias (la
transmogrificación de Jonh Keel). ? Viajeros del
tiempo. ? Estructuras Antimateria.
? Ovnis del “más
allá”. ? Aspectos demonológicos o “Luz contra
Tinieblas”. ? Otros sistemas de realidad. Hipótesis varias. El
Pluricosmos Ummita. ? Sistemas de realidad probables, de
Jane Roberts.
DOSSIER
OVNI TODAS LAS
RESPUESTAS
Por
Ignacio Darnaude
Rojas-Marcos |